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Impregnar la empatía de compasión

Por Matthieu Ricard el 18 Octubre 2023

Este texto ha sido extraído del libro de Matthieu Ricard Transmitir, disponible aquí.

Hace poco charlaba con una enfermera que, como la mayoría de sus colegas, se enfrenta continuamente a los sufrimientos y a los problemas de los pacientes de los cuales se ocupa. Me decía que, en las nueva modalidades de formación de los técnicos de enfermería, se hace hincapié en la necesidad de mantener una distancia emocional frente a los enfermos para evitar el famoso burnout que afecta a tantos profesionales de la salud. Esta mujer tan cálida, y cuya simple presencia tranquiliza, me confió luego: «Es curioso, tengo la impresión de ganar algo cuando me ocupo de los que sufren, pero cuando hablo de esta «ganancia» con mis colegas, me siento un poco culpable por sentir algo positivo». Yo le describí brevemente la diferencia que parece existir entre la compasión y el desamparo empático. Esta diferencia concordaba con su experiencia y probaba que ella no tenía ninguna nada por lo que sentirse culpable. Contrariamente al desamparo empático, el amor y la compasión son estados de ánimo positivos, que refuerzan la capacidad interior de enfrentarse al sufrimiento del otro.

Si un niño es hospitalizado, la presencia a su lado de una madre cariñosa que le coge de la mano y lo consuela con palabras afectuosas le hará sin duda más bien que la ansiedad de una mamá inundada por el desamparo empático que, no pudiendo soportar ver a su hijo enfermo, recorre de un extremo a otro el pasillo. Tranquilizada por mis explicaciones, esta amiga enfermera me confió que, a pesar de los escrúpulos que tenía de vez en cuando, este punto de vista coincidía con su experiencia de técnica sanitaria. 

A la luz de esta investigación preliminares, parecería lógico formar en el amor altruista y en la compasión a quienes por su profesión tienen que ocuparse cotidianamente de personas que sufren. Una formación semejante ayudaría igualmente a los familiares (padres, hijos, cónyuges) que tienen a su cargo personas enfermas o discapacitadas. El amor altruista crea en nosotros un espacio positivo que sirve de antídoto contra el desamparo empático e impide que las resonancias afectivas se amplíen hasta el punto de volverse paralizantes, y genere el agotamiento emocional característico del burnout. Sin el aporte del amor y la compasión, la empatía entregada a sí misma es como una bomba eléctrica por la que ya no circula el agua, se rápidamente se calentará y se quemará. La empatía no debe, pues, tener cabida en el espacio mucho más amplio del amor altruista. Es asimismo importante considerar el aspecto cognitivo de la compasión, dicho de otro modo, la comprensión de los diferentes niveles del sufrimiento y de sus causas manifiestas o latentes. Así será posible que nos ponernos al servicio de los demás, y los ayudemos eficazmente conservando al mismo tiempo nuestra fuerza de ánimo, nuestra benevolencia y nuestra paz interior? Como escribe Christophe André: » Tenemos necesidad de la dulzura y la fuerza de la compasión. Cuanto más lúcidos somos sobre este mundo, más aceptamos verlo tal como es, y más nos rendimos ante esta evidencia: no podemos toparnos con todos los sufrimientos que encontramos en una vida humana sin esa fuerza y esa dulzura».


Fundada por Matthieu Ricard en 2000, Karuna-Shechen actúa y aboga por un mundo más altruista, con la firme convicción de que el altruismo es clave para construir el mundo del mañana. La organización ofrece soluciones concretas a los desafíos de nuestro siglo. Reconocemos que el acceso a una atención médica de calidad es un derecho fundamental. Karuna trabaja para eliminar las barreras que impiden que muchas personas accedan a ella. Dentro de las clínicas, cada paciente recibe atención dedicada y cuidados adaptados a sus necesidades específicas.